Konstanz o Constanza está en el lago Bodensee (llamado así por los alemanes), que para nosotros se llama otra vez «Lago Constanza».
Es una ciudad muy antigua, a la que el emperador Constantino el Grande dio el nombre (el mismo que dio nombre a Constantinopla, hoy Estambul).
La ciudad es muy bonita y tiene muchos detalles y secretos por explorar.
Esta excursión la enlacé con mi visita a Zurich y Schaffhausen en Suiza, a la vuelta para Alemania.
En tren hasta Konstanz
Mi ruta en tren desde Schaffhausen (Suiza): 12:07 Schaffhausen -> 12:52 Singen -> 13:16 Konstanz
Precio: 23 € con el Baden-Württemberg-Ticket o menos si vas con más gente, incluyendo que después iba a hacer más viajes por esta región.
Lo bueno de Schaffhausen (pueblo fronterizo de Suiza) es que esta parada está incluida en el Baden-Württemberg-Ticket aunque no esté en Alemania. Así que podemos aprovechar el ticket para viajar por la región alemana de Baden-Württemberg durante todo el día, no solo para ir a Konstanz.
Hay que recordar que no se puede comprar trenes ICE, EC, aunque sí se incluyen algunos trenes SBB suizos de cercanías.
El Baden-Württemberg-Ticket mejor comprarlo por internet y guardarlo en el móvil como Handy-Ticket, o comprarlo antes en Alemania para este día, para evitar problemas al comprarlo en la estación suiza.
En el tren soy testigo de cómo dos jóvenes vestidos de mochileros están controlando el pasaporte de la gente sospechosa, aunque a mí no me lo piden. Uno de ellos llevaba hasta un tenedorcillo de plástico asomando de un bolsillo de la mochila. Qué bien camaleonizados, por Dios.
Ruta corta por Konstanz
En Schaffhausen se había puesto a llover en plan hardcore pero al llegar a Konstanz ya había salido el sol de nuevo y estaba todo el mundo abrasándose al pie del lago.
Constanza tiene un albergue juvenil cerca de la Universidad. La noche en habitación compartida está por 23 € y tiene incluso tiene su propia parada de bus, «Jugendherberge».
El centro de Konstanz se ve en 2 horas. Muy cerca de la estación encontramos la concurrida plaza Marktstätte. Aquí está la Kaiserbrunnen, una fuente dedicada a 4 importantes emperadores (Enrique III el Negro, Federico Barbarroja, Maximiliano I de Habsburgo y Guillermo I de Alemania y Prusia), aunque también, por algún motivo, también la adornan muchos conejitos. Maximiliano I fue el abuelo de Carlos V de Alemania y I de España y el que le precede en el título de emperador del Sacro Imperio Germánico.
Si seguimos por la Kanzleistraße que conecta con la Marktstätte al este, encontramos el Neues Rathaus o ayuntamiento nuevo, en un edificio bonito. Aquí hay también un baño público bastante apañado para una sola persona (aunque hay muchos otros baños por esta ciudad y te lo indican todo el tiempo en los muchos mapas que hay en todos lados, no sé si serán gratuitos).
Si nos metemos en los jardines de Rathaus y salimos por el otro lado, encontramos la Augustinerplatz, y más al fondo la Blätzleplatz. En esta última encontramos una especie de estatuas de monstruos del pantano: se les llama los Blätzlebuebe, Blätzlenarr, Spättlenarr o Fleckennarr (narr = ‘loco’). Este es un disfraz tradicional que se usa en los carnavales o Fasnacht de la ciudad, y que representa a un gallo. En realidad las escamas que parece que tiene son retales de tela de colorines.
Sin meternos en los jardines del Rathaus, también al final de la Kanzleistraße y girando un poco a la derecha encontramos en Obermarkt, donde está el hotel Barbarossa y la Zum Hohen Hafen Haus. Esta última tiene un mural que representa el Concilio de Constanza (concilio que terminó con el Cisma de Occidente en el s.XV).
Si desde Marktstätte bajamos por Rosgartenstraße y después giramos a la derecha por Neugasse, pasamos al centro comercial Karstadt y damos a otra calle grande, la Hussenstraße. La tomamos girando a la izquierda desde Neugasse y bajamos dirección sur para encontrar la Schnetztor, una torre que formaba parte de la muralla antigua de la ciudad. Justo al lado está Zum Lohengrin, un bonito edificio que destaca por sus tejados en punta con tejas verdes, y que comparte pie de calle con una farmacia y un restaurante.
Coincidí con una feria medieval en la plaza de la catedral. Los participantes estaban vestidos con ropas muy abrigadas para el calor que hacía. Había un grupo de trovadores tocando y otros habían montado tiendas típicas de la época (no tiendas reales, solo una exhibición) como el taller de una tejedora, la tienda de pócimas de una bruja, un escaparate de instrumentos de tortura… Otros estaban haciendo pequeñas actuaciones y vi la de un cirujano local que le arranca un diente con unas pinzas a una campesina en una camilla. Me dieron ganas de disfrazarme también.
En mitad de la plaza encontramos una mini pirámide acristalada tipo Louvre, que nos deja ver las ruinas de una fortaleza romana que hay debajo de la catedral.
Si seguimos Katzgasse, la calle que sale frente a la catedral, llegamos a la avenida Unter Laube. Si bajamos un poco de aquí hacia el sur, podremos ver la fuente más «ordinaria» de Konstanz, la Laubebrunnen de Peter Lenk, junto a un mini arco del triunfo (Triumphbogen). La fuente destaca por sus figuras, varias de ellas representan a figuras con sobrepeso espatarradas tomando un baño.
El puerto de Konstanz cuando hace este buen clima está lleno de gente comiendo helados por el paseo marítimo y el Stadtgarten. Desde aquí puedo ver la hortera estatua Imperia girando lentamente sobre sí misma (tarda 4 minutos en dar un giro), y árboles con mensajes de autoreflexión pintados en el tronco.
La estatua Imperia representa satíricamente el Concilio de Constanza: es una prostituta que sostiene dos personajes: uno es un emperador (se sabe por su corona) y otro un Papa.
Desde el puerto se pueden tomar catamaranes para navegar por el río Constanza e ir a otras ciudades como Friedrichschafen (más de 10 €) o Lindau.
La isla Mainau está al norte de Constanza, cerca de la Universidad. Es una isla llena de flores, un mini zoo, un palacio barroco, atracciones para los niños y otros atractivos más.
Ir allí andando tardaría 2 horas. Voy allí con el bus 13/4 (incluido en el Baden-Württemberg-Ticket) que se puede coger en varias paradas a lo largo del lago, yo lo cojo en la de al lado de la estación.
El autobus pasa por el Rheinbrücke, en el que si paráramos podríamos ver las dos torres medievales conservadas de la ciudad: la Rheintorturm y la Pulverturm.
Cuando llego a Mainau, me caigo para atrás, porque la entrada vale 19 € para adulto y 11 € para estudiante (niños gratis). Solo dejan entrar por la mitad del precio a partir de las 17, cuando ya está anocheciendo. No entro y me cojo el bus 4/13 de nuevo a la estación.
Escapando de Konstanz sin pagar euros de más
Al hacer mi intento de ir en bus a Friedrichshafen con el Baden-Württemberg-Ticket, el conductor me dice que tengo que pagar la parte del trayecto que pasa por Suiza. Así que no lo tomo y me voy a la estación a buscar otra ruta.
En general, hay que tener mucho cuidado con las máquinas de la DB para salir de Konstanz con el Baden-Württemberg-Ticket. El problema es, que aunque señales en la máquina tu destino y pongas que no quieres trenes ICE, o que solo quieres Nahverkehr, la máquina no te muestra todos los resultados que debería, y te mete SBB, buses medio suizos e incluso el KAT que es el catamarán que se paga aparte.
O sea, que hay que traerse la ruta ya pensada de casa con los horarios, o en caso de que no se tenga, se puede coger un folleto del Baden-Württemberg-Ticket de la oficina de información, y empezar a probar qué ruta te va mejor pasando por este Lander, basándote en el mapa con todas las líneas de tren incluidas que viene en el folleto, para no tener que pagar euros de más por pasar por Suiza. Lo he incluido en las fotos de Flickr para este album.
Por ejemplo, volviendo a Ulm desde Konstanz, se puede hacer la siguiente ruta: Konstanz -> Engen ->(tren SBB) -> Radolfszell ->(tren IRE) -> Ulm
E incluso se podría parar entre Radolfszell y Ulm en Sigmaringen para ver el maravilloso palacio.