Ulm, la capital del reino de la niebla

Visita a la ciudad de Ulm y el pueblo de Blaubeuren en otoño, para descubrir los secretos de estos fabulosos escenarios de cuento fantástico.

Viaje en tren  a Ulm

El tren de Augsburg a Ulm solo tarda una hora. Hasta Neu-Ulm sigue siendo todavía Bayern, y cuando se pasa el río Danubio ya es una región diferente: Baden-Württemberg. De todos modos el Bayern-Ticket incluye el trayecto hasta Ulm, aunque no sea Baviera.
Ulm

Paseo por Ulm

La ciudad de Ulm me ha recordado un poco a Köln. Ambas tienen catedral (aunque bueno, habría que precisar que la única que verdaderamente es catedral —Dom— es la de Köln / Colonia porque alojó a un obispo, mientras que la de Ulm es solo un Münster o ‘catedral sin obispo’), también tienen río, buena pinta como ciudad universitaria y un Altstadt bonito con muchas ruinas antiguas.

Ulm también puede presumir de haber sido la ciudad donde Einstein nació (solo nació, porque prácticamente no vivió aquí, sus padres se mudaron a Múnich cuando él tenía un año). De todos modos Ulm le dedica una fuente un poco alejada del centro.

Lo más coñazo del viaje de hoy ha sido la lluvia: molesta para hacer fotos, cala, me moja los tenis, hace que tenga que estar todo el rato sacando el paraguas… En realidad no ha hecho frío, pero la lluvia es muy molesta.

Ulm tiene la mala fama de ser una ciudad muy fría, e incluso los lugareños la llaman «Hauptstadt des Nebelreiches» (‘la capital del reino de la niebla’). Lo cierto es que por esta zona, hasta Augsburg, desde el mes de noviembre se suele meter bastante niebla.

Ulm Rathaus

En Ulm he merodeado por el casco antiguo / Alststadt. Aquí encontramos bonitos edificios con paredes pintadas con motivos medievales y mucho colorido y delicadeza artística (a este estilo de pintura con frescos se le llama Lüftmalerei). El Rathaus es de los más bonitos que he visto y también montan mercadillos delante de él. Justo al lado encontramos la biblioteca con forma de pirámide tipo Louvre, y una fuente histórica llamada Fischkastenbrunnen, la fuente que antiguamente usaban los pescadores para mantener el pescado fresco.

Iglesia de San Jorge al fondo

En Ulm una de las mayores atracciones (también un reto) es subir a la catedral, superviviente de los bombardeos de la 2.ª Guerra Mundial. Esta es la famosa catedral con forma de dedo, que se construyó para superar en altura a las torres de la catedral de Colonia. Es llamada «el dedo de Dios». Había una maqueta de Lego muy detallada en la entrada, ponía que habían tardado 4 meses en hacerla.
La subida a la torre son 750 peldaños, cuesta 3,5 € siendo estudiante y tiene dos o tres zonas para descansar a mitad del camino. Cuando se llega a la parte del «dedo» ya queda poco, pero a esas alturas normalmente hace frío y viento. Las escaleras son bastante estrechas y nada recomendables a personas con vértigo. La bajada no es tan terrible pero da mucho mareo. Yo tardé una media hora en subir y bajar, haciendo paradas para hacer fotos. Las vistas merecen la pena, no solo la de arriba del todo, sino también las de las ventanas a medio camino.

Al salir de la catedral en el mercado tradicional de la entrada me he comprado una hamburguesa de pollo nugget muy crujiente y con saborcillo un poco a curry y a cebolla, por 2,8 €, estaba muy buena.

Después he ido hasta el Danubio / Donau (como siempre, merodeado por cisnes) y he visto la torre Metzgerturm (‘torre de los carniceros’) y la Schiefes Haus (‘casa inclinada’, es un hotel) en el barrio de los pescadores. Lo interesante es que del lado de la Schiefes Haus es Baden-Württemberg, pero al otro lado del río es ya Bayern (y lo que se conoce como Neu-Ulm), el accidente fluvial marca la división. Podemos bordear el río siguiendo la muralla medieval.

Schiefes Haus

Quería ir a la abadía Kloster Wiblingen tomando la línea 3 u 8 desde la estación con dirección Planger, pero al final no me iba bien de tiempo. Seguramente me he dejado muchos lugares secretos en esta ciudad tan encantadora y quizás poco valorada.